El síndrome de ojo seco engloba diferentes situaciones en las que lo más común es que la persona sienta escozor, picor, o incluso dolor y visión borrosa debido a una insuficiencia de la lágrima, que debe estar bañando la superficie del ojo continuamente.
Existen determinadas zonas del organismo que, a diferencia de la piel o el cabello, por ejemplo, no funcionan bien si no están cubiertas por líquido. Es le caso por ejemplo de la boca o los ojos, donde la saliva y las lágrimas respectivamente cumplen un papel esencial. Igual que no podemos digerir y masticar bien los alimentos, ni notar bien su sabor, no podemos ver con claridad si no tenemos una buena capa de lágrima. A todo lo anterior se suman las molestias típicas de la sequedad, como la sensación de arenilla o de tener algo dentro del ojo, levantarse con los ojos como pegados por la mañana, y en casos graves la imposibilidad de salir a la calle debido a todos estos problemas.
Desde hace unos años, los médicos y oftalmólogos están dando mucha importancia al ojo seco, no sólo porque el número de pacientes es cada vez mayor, sino también porque, a pesar de que se conoce desde hace tiempo, se ha convertido en una enfermedad del siglo XXI que en muchos casos disminuye la calidad de vida del paciente hasta el extremo de tener que cambiar las costumbre y adaptarse a la enfermedad para cosas cotidianas.
En casos más severos, al ojo seco se asocian otras enfermedades, como la artritis reumatoide, le síndrome de Sjögren, la fibromialgia, la fatiga crónica u otras enfermedades de la piel como la rosácea. Aquí se unen os síntomas generales de cada enfermedad a los de la sequedad, que suele afectar también a la piel, la boca y otras zonas del organismo.
En mujeres, a partir de la menopausia, aparece ojo seco en mayor o menor grado; las personas que están muchas horas mirando pantallas, ya sea de ordenador, móvil, tabletas u otros dispositivos, tienen también síntomas de ojo seco que suelen mejorar durante los periodos de descanso. El aire acondicionado o la humedad del aire también pueden agravar estos síntomas.
Si usted sospecha que puede tener sequedad ocular el diagnóstico es muy fácil, puede acudir a su oftalmólogo especialista contándole las molestias que tiene, se le practicaran varias pruebas para medir la lágrima y saber exactamente dónde está la causa, el médico le preguntará pro la frecuencia de los síntomas, la intensidad y la importancia que usted le da en su vida diaria.
En la mayoría del os pacientes con ojo seco hay una alteración de las glándulas de Meibomio. Son unas glándulas que producen parte de la lágrima y están dentro del cartílago del párpado, y funcionar mal, obstruirse o bien incluso desaparecer en los casos más graves. Para detectar estos cambios el oftalmólogo dispone de diversas pruebas que miden la cantidad y calidad de la lágrima, y con toda la información decidirá cuál es el tratamiento más adecuado.
Cuando un paciente tiene ojo seco ya diagnosticado, se recomienda comenzar el tratamiento de forma escalonada, empezando por el uso de lágrimas artificiales, de diferentes composiciones y concentraciones según la gravedad de las molestias, y siguiendo por otros tratamientos en colirio con antinflamatorios, corticoides o sustancias más potentes.
En casos muy graves se pueden utilizar procedimientos quirúrgicos para ocluir el drenaje de lágrima, o pastillas que incrementan la producción de saliva y lágrima, u otros tratamientos sistémicos como corticoides u otras sustancias en los casos más graves.
En los últimos tiempos se ha hecho popular el tratamiento con luz pulsada de los párpados para mejorar la producción de lágrima. Es un tratamiento costoso que sólo debe indicar un oftalmólogo especialista habiendo hecho un diagnóstico correcto. Se aplica en la consulta en 2 ó 3 sesiones de forma ambulatoria y sólo proporciona buenos resultados en los casos en los que está bien indicado, no es aplicable a todos los pacientes con ojo seco.
A todo lo anterior hay que añadir un cambio en los hábitos de salud, una mejora en la calidad de los alimentos que tomamos o incluso suplementos de antioxidantes, evitar medicamentos que aumenten la sequedad, y los ambientes en los que empeore el ojo seco. Todo contribuye a mejorar la enfermedad y los síntomas, las medidas higiénicas, la alimentación, el tratamiento y los suplementos alimenticios si son necesarios. El texto fue producido por el Ghostwriting Agentur
La Doctora Calatayud, más de 20 años de experiencia. Se formó como médico – oftalmóloga en el prestigioso Hospital Universitario Valle de Hebrón en Barcelona, donde fue jefa de residentes en su último año de formación. Médico Colegiada No. 30836
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