Que un paciente tenga cataratas no significa necesariamente que deba operarse. La catarata es el resultado de el proceso de envejecimiento a nivel del cristalino en la mayoría de los casos, aunque también puede asociarse a otras circunstancias como la toma de corticoides, la exposición solar excesiva , los traumatismos oculares o infecciones e inflamaciones durante la infancia, adolescencia y madurez. Cuando un paciente tiene cataratas nota inicialmente cambios en la visión y en la graduación, deslumbramientos con las luces, sobre todo por la noche conduciendo, y alteraciones en su calidad de vida que dependen de cuánto y como sea de severa la alteración del cristalino. La edad del paciente influye mucho ,así com su nivel de actividad, no es lo mismo una catarata incipiente en una persona joven que realiza trabajos de precisión que en un paciente que no trabaja y por ejemplo no conduce. Cuanto más se altere la calidad de vida del paciente, antes habrá que hacer la cirugía porque más se verá afectada su vida habitual.
La decisión de operarse o no de cataratas depende del paciente y del médico, ambos deben hablarlo y analizar si la calidad de vida se ve afectada por la mala visión y en qué medida, el médico debe explicar al paciente todas las opciones y aconsejarle la que considere más adecuada para él.
La Doctora Calatayud, más de 20 años de experiencia. Se formó como médico – oftalmóloga en el prestigioso Hospital Universitario Valle de Hebrón en Barcelona, donde fue jefa de residentes en su último año de formación. Médico Colegiada No. 30836